La odio. Eso es lo que él quería que dijese. Que la odio.
He tomado una decisión con el corazón, de esas que le gustan a él y me he comprado una perrita, Arya.
Una cocker spaniel blanca y negra que pienso llevarme a todas partes. Ella será mi nueva obsesión, mi forma de salir del hoyo y de olvidar la comida. Adiós 40, no sabes cuanto te odio, ni cuanto te he odiado. Espero no volverte a ver, escapar tan lejos con Arya, tan, tan lejos, que no te sienta dentro de mí nunca más, y caer...
Porque ahora todo da igual, porque ahora tengo a Arya conmigo.